INICIO > NOTICIAS > SOBERANIA ALIMENTARIA
Documentos Politicos de La Via Campesina, Va Conferencia Mozambique del 17 al 23 de Octubre de 2008
Contexto internacional actual y posibles implicaciones para las estrategias de La Vía Campesina
Muchos de los cambios en el contexto internacional tendrán un efecto significativo en nuestras estrategias y posibilidades de cambios. Algunos significarán más dificultades, otros pueden crear nuevas oportunidades para avanzar nuestra agenda.
Próximos nuevos temas
Los temas relacionados con el comercio (Organización Mundial del Comercio - OMC, Tratados de Libre Comercio -TLCs, Acuerdos de Asociación Económica - EPAs) han aparecido con fuerza en varios países (Costa Rica, México, India, Perú, Colombia, Corea del Sur…) y la resistencia pública está aumentando. El nuevo tema que agudiza las líneas del conflicto entre los países industrializados y los pobres es el cambio climático: los países industrializados son la causa principal de la crisis climática, mientras que las peores consecuencias las sufren los países más pobres, especialmente el Sur de Asia, donde viven la mayoría de los pobres del mundo. Y éstos son principalmente gente de las áreas rurales. Se ocuparon de la crisis climática las multinacionales y ciertos gobiernos con el fin de imponer sus soluciones: entre otras, los agrocombustibles.
Debido a la presente des-regularización del mercado alimentario (liberalización de las importaciones, abolición de las juntas estatales del mercado, abolición de stocks de regulación,…) y a los efectos venideros de la crisis climática, la producción mundial se ha vuelto inestable y cada vez más países acaban dependiendo de la importación de alimentos.
El consumo creciente de carne en Asia, el uso de tierras para agrocombustibles, la falta de inversión en producción alimentaria (toda la ayuda estatal se dirige a los cultivos de exportación, a menudo materias primas para las multinacionales) y la especulación por parte de las multinacionales, han llevado a que en este momento los precios de los productos agrícolas estén más altos. Esto conlleva una presión en los gobiernos de los países que importan alimentos. Es interesante que muchos gobiernos hayan pedido a sus campesinos/as y agricultores/as que produzcan más alimentos para el mercado local. Durante los últimos años, la inversión en producción alimentaria había descendido, actualmente la producción alimentaria se está convirtiendo de nuevo en una prioridad para las inversiones del estado.
La privatización del agua fue también un tema importante en la agenda de las multinacionales. Esto, combinado con la escasez pronosticada, lo convierte en un tema “explosivo” para el futuro cercano.
El equilibrio geopolítico está cambiando Después del “11 de septiembre”, con el ataque al World Trade Center, el gobierno de Estados Unidos (EE.UU). se ha centrado en el tema del “terrorismo” en un intento de recuperar su lideraje, imponiendo su agenda al resto del mundo. Al mismo tiempo, el unilateralismo de EE.UU. y su concentración en la guerra de Irak ha creado una resistencia creciente en muchos países. También ha creado más espacio, especialmente para los países latinoamericanos, para poder construir un camino más autónomo.
El creciente precio del combustible ha reforzado la confianza de países como Venezuela, Irán y Rusia. Al mismo tiempo, China ha aumentado su influencia, y la India y Brasil juegan un papel firme a nivel internacional. En otros países de Asia y África crece la conciencia de que es importante proteger los mercados nacionales, debido también a la efectiva presión de los movimientos sociales hacia sus gobiernos.
En general podemos concluir que el equilibrio de poder entre gobiernos/países ha cambiado hacia una situación en la que aumenta la dominación de EE.UU., con más espacio para las alianzas alrededor de intereses específicos.
Las instituciones neo-liberales se están debilitando Hasta hace poco, las decisiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) las tomaban la Unión Europea (UE) y EE.UU. y se imponían al resto. Esto ha cambiado radicalmente. Otros países han dejado de aceptar las concesiones que la UE y EE.UU. exigen (sobre acceso al mercado) y han aumentado sus propias exigencias (en relación a la protección de la producción nacional). En EE.UU. y también en la UE está creciendo la resistencia contra las políticas neo-liberales, en tanto que se van sintiendo cada vez más sus efectos, especialmente en los/las trabajadores/as menos cualificados que pierden sus empleos incrementando la migración.
La OMC está actualmente más o menos bloqueada. Los otros instrumentos para imponer las políticas de comercio neo-liberales (Tratados de Libre Comercio, Acuerdos de Asociación económica) se enfrentan a una resistencia creciente y algunos de ellos se han detenido.
El Banco Mundial jugó un papel activo en casi todas las políticas a nivel internacional, controlando las decisiones políticas. En los últimos años hemos visto que éstas han sufrido críticas severas, se
ha reducido su función y su visibilidad. Mediante la plataforma del Donante Global intentan establecer el control de todas las donaciones para la cooperación con el desarrollo global y la agricultura, por “la puerta de atrás”, y buscando nuevos medios para imponer sus políticas y recuperar el control. De momento, como reacción a la crisis alimentaria, están intentando – con la colaboración de Bill Gates y la Fundación Rockefeller – establecer la segunda “revolución verde,” desarrollando nuevas estrategias, conjuntas con las multinacionales, a nivel local, “a través de las comunidades locales”. El Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha perdido credibilidad, y muchos países ya no dependen del FMI para sus préstamos. Este hecho ha reducido su papel.
Agencias de las Naciones Unidas (ONU)
La organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) está en crisis, los EE.UU. y la UE no están dispuestos a financiar esta institución, bloqueando reformas e iniciativas que responden al mandato de FAO (para reducir la pobreza rural).
Al mismo tiempo, la institución ha construido enlaces firmes con organizaciones de la Sociedad Civil y reclama apoyo para mantener la institución “viva.” Tendencias parecidas se ven evidentemente en el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) donde hay un fuerte interés por apoyar políticas parecidas a las de La Vía Campesina – en la reforma y apoyo agrario, producción nacional de alimentos, y atribución de poder a organizaciones campesinas. El FIDA también colabora más con la FAO, para evitar convertirse en un departamento del Banco Mundial (como fue previsto por los EE.UU. y otros). La influencia del Consejo de los Derechos Humanos ha bajado en los últimos años, lo cual también puede ser consecuencia de la polarización creciente fruto de la guerra contra el terror. Se ha vuelto más fácil criminalizar a los movimientos sociales, lo cual pone más difícil la defensa contra las violaciones de los derechos humanos. En algunos países el control de los gobiernos nacionales-federales sobre la elite local ha disminuido, lo cual añade represión hacia nuestros miembros.
Los gobiernos están más abiertos a nuestras propuestas. Las posibilidades de cooperar o construir alianzas estratégicas con varios gobiernos (Bolivia, Nepal, Mali, Indonesia…) han aumentado. Esto, junto con el cambiante equilibrio de poder, puede crear oportunidades en el futuro cercano para establecer espacios donde podamos defender y trabajar en la implementación de nuestras propuestas sobre soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria es ahora una parte principal del debate sobre comida y agricultura y su nivel de reconocimiento está aumentando de forma continua.
Multinacionales
La concentración de las multinacionales está creciendo; se están haciendo mayores y menos numerosas. Por una parte esto incrementa su poder, pero a la vez también aumenta su
vulnerabilidad. Las compañías individuales serán consideradas más y más responsables por los problemas que crea el sistema. Por el momento, las compañías se dan cuenta de que pueden quedarse en medio de la crisis alimentaria y están nerviosos acerca de los posibles efectos adversos. Durante el Forum Económico Mundial, las multinacionales lanzaron su iniciativa contra el hambre en África, probablemente no muchos más que una estrategia de “buena conciencia” para disfrazar su agresiva entrada en África.
Por otro lado, están imponiendo muy agresivamente los agrocombustibles, un nuevo paso en la destrucción de la agricultura basada en los / las campesinos / as y hacia su transformación en un producción controlada por las corporaciones.
Sobre el tema de los transgénicos: la resistencia es aún fuerte en Europa, África y Asia, lo cual significa que sólo se introdujeron masivamente cultivos de semillas transgénicas en un número limitado de países en el mundo.
Papel de los movimientos sociales
Después del 11 de septiembre, la resistencia y movilización contra las políticas neo-liberales sufrió un cierto “declive” especialmente en los EE.UU. y Europa, los centros del poder. Actualmente, la resistencia también se está recomponiendo en torno a temas como el cambio climático, agrocombustibles, transgénicos y los Tratados de Libre Comercio etc.
La Vía Campesina está a menudo en la primera línea de las luchas, y una de sus preocupaciones es la articulación de los movimientos de nuestros aliados. Muchos movimientos no son aún muy fuertes a nivel internacional y les falta coordinación. Este es un tema clave para el futuro próximo. En 2007 el Forum Nyeleni nos ayudó a enmarcar una agenda conjunta en torno a la soberanía alimentaria.
Esto fue un paso adelante muy importante y nos ayudará a concentrar nuestras estrategias en el futuro. El Forum Social Mundial no puede aumentar su impacto por falta de enfoque político: debería ser un lugar donde definamos nuestras luchas contra los enemigos comunes, en lugar de sólo una plataforma de intercambio de ideas.
Algunas conclusiones
En el contexto geopolítico vemos una influencia creciente de las multinacionales. Después de la trampa de la deuda y de las intervenciones militares para condicionar a los países, parece que la alimentación está ganando un papel más central como arma para controlar a las poblaciones y los países. La creciente dependencia de la importación aumenta la dependencia política de estos países:
el hambre es un enemigo interno poderoso para el gobierno, también debido a que - gracias a los medios y la mayor organización de los/las campesinos/as – ha aumentado su presencia a nivel nacional (la mayor parte del hambre está en áreas rurales). Las multinacionales y ciertos gobiernos verán en esto la posibilidad de aumentar su dominio y control.
Parece cada vez más importante concentrar nuestra atención en reforzar las organizaciones locales, pues éstas sufren una represión y presión cada vez mayor por parte de las elites locales y de otros agentes que se han aliado con los intereses de las corporaciones.
Como movimiento campesino hemos desarrollado claramente nuestros análisis políticos y objetivos, lo cual nos permite desarrollar estrategias a largo plazo. Un aspecto que no analizamos ni enfrentamos suficientemente en La Vía Campesina es la ideología neoliberal y el lavado de cerebro que les permite vender sus políticas adversas como “progreso para la humanidad”.
La situación política está cambiando rápidamente. Dentro de 10 años la realidad posiblemente habrá cambiado de un modo que no podíamos haber imaginado antes (como ocurrió con la caída de la URSS, el auge del tema del terrorismo, el cambio en los equilibrios de poder,…). Esto significa que pueden emerger rápidamente Documentos políticos de 18 La Vía Campesina oportunidades para el cambio y parece importante estar preparados para utilizarlo, disponiendo de buenos análisis, propuestas y una organización fuerte para reaccionar adecuadamente. La crisis climática que se acerca puede crear nuevas inestabilidades, y por lo tanto nuevas oportunidades para el cambio. También el control creciente de la cadena alimentaria por parte de las corporaciones puede en cierto momento “jugar en su contra” y provocar una resistencia popular fuerte. Nuevas alianzas institucionales podrían crear espacios para nuevas políticas.
Corresponde a La Vía Campesina y a sus aliados analizar con detalle la situación y estar preparados/as para tomar las riendas cuando haya algo que ganar.
La crisis alimentaria no es solo alimentaria
Por Jacques Delpechin y Diamantino Nhamposa
Preámbulo: En busca de algunos principios
Para vivir es necesario alimentarse y, a la vez, algo más que alimentos. En un mundo regido por los adoradores del Mercado, se ha llegado a aceptar que los principios de justicia y solidaridad deben estar en un segundo plano respecto a todos los demás temas. De hecho, es por eso que uno oye cada vez más a menudo la distinción entre justicia y justicia social, como si exigir la primera no cubriera automáticamente a los más afectados por la desaparición creciente de la justicia y la igualdad.
Dada la mentalidad actual, dominada por la codicia, el egoísmo y la caridad egoísta, es importante recordar algunos principios/axiomas a modo de avisos: Cuidado con los nombres que damos a los problemas, a una enfermedad o a una persona sin el consentimiento de la persona “descubierta”. Recordad siempre a los Arawaks y a aquellos que dieron la bienvenida a Cristóbal Colón y a su grupo en la isla que ellos llamaron la Hispaniola. Murieron pronto de hambre y enfermedades. Recordad siempre a los que resistieron la conquista de sus tierras porque estaban defendiendo mucho más que sus tierras. Rememorar exige mucho más que indagar en los recuerdos y archivos, exige escuchar con amorosa atención a los poetas, y mucho más.
Establecer los parámetros La actual crisis alimentaria, en mitad de una crisis múltiple, debería dar un toque de atención a todos los que están intentando aportar soluciones centrándose exclusivamente en los alimentos. A primera vista, hay al menos dos discursos que compiten: a un lado están los que gobiernan el mundo y sus aliados, y al otro lado están los que se espera que se sometan y acepten la palabra de los autoproclamados jefes del mundo. Formalmente hablando, éstos construyen sus agendas a través del G8 y de las reuniones anuales en Davos, entre otros lugares. Los potenciales sometidos sólo pueden utilizar la ONU y sus agencias especiales, y el Foro Social Mundial. Pronto cambiará el Consejo de Seguridad y sus miembros permanentes, pero eso no significa mucho, pues el G8 y las reuniones de Davos se han cuidado mucho de asegurarse de que las decisiones que de verdad les importan no se tomarán dentro del sistema de la ONU.
En otras palabras, el sistema de clases no sólo se ha impuesto en la justicia, la salud, o más prosaicamente, en los viajes aéreos, sino que existe una justicia/salud para los pobres y una justicia/salud para los ricos. De hecho, si uno lo estudia con más detalle, no es difícil detectar que los muy ricos querrían separarse del resto de la población. Sin embargo, no importa la firmeza con la que se quieren distinguir del resto humanidad, sólo hay una humanidad.
Dividirla en dos, como se hizo con el átomo, puede dar lugar a peores resultados que el proceso que llevó a Hiroshima y Nagasaki.
Y aún, más de 50 años después, cuántos están dispuestos, como Dwight McDonald, a ver en el lanzamiento de esas bombas atómicas la modernización de Auschwitz, Dachau. Teniendo en cuenta lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, y más importante aún, los siglos que llevaron a ésta, uno debería preguntarse si la actual crisis múltiple no será consecuencia de la misma mentalidad letalmente competitiva que elevó al poder a líderes políticos, en varios países de las economías más avanzadas, que aceptaban la idea de que no había nada malo en desembarazarse, de una vez por todas, de cualquier grupo racialmente definido (sean africanos, asiáticos, armenios, pigmeos, judíos, tutsis o hutus). Plantear la cuestión no significa conocer la respuesta. En un contexto en el cual uno puede ver que la mentalidad de esos tiempo genocidas todavía está bien viva, sería irresponsable NO plantear preguntas como quiénes son los esclavos, quiénes los judíos, quiénes los colonizados. Hacer este tipo de interrogaciones nos ayudará a entender, por el camino, cómo se crean la pobreza y el hambre. La mentalidad que ha pisoteado la humanidad bajo distintos nombres (esclavitud, colonización, holocausto, apartheid) no se ha retirado aún, ha crecido como un cáncer destruyendo el principio vital, mientras, simultáneamente, se esconde bajo nombres que disfrazan su carácter letal y depredador, como la biotecnología. Se presenta a sí misma como promotora de la vida cuando en realidad está comprometida en un proceso de asesinatos brutales o suaves, incluyendo toda la gama intermedia. “Biotecnología” es un nombre equivocado; dados los antecedentes, su nombre apropiado debería ser “Thanato-tecnología”: vivir en el Planeta Tierra siguiendo los principios de la muerte. La cadena hacia la autodestrucción no tiene fin: violar, esclavizar, colonizar, buscar la solución final, crear bantustanes de segregación, limpiar étnicamente un país, etc… La humanidad aún no ha visto el final de sus tendencias y secuencias genocidas. Bajo los antiguos procesos de sometimiento, las responsabilidad podía retrotraerse a algún tipo de autoridad estatal; pero con la sumisión a las leyes del Mercado, la responsabilidad/autoridad parece no estar en ningún lugar o estar en todas partes.
Pueblos y naciones han sido esclavizados, colonizados por otras naciones, pero en el centro del problema, las leyes del Mercado tenían poder supremo. El Mercado capitalista ha superado todos los pasados mecanismos de conquista, esclavitud y colonización. De hecho, a diferencia de los Imperios de antaño, el Mercado (guiado por principios capitalistas) ha modernizado (automatizado) los mecanismos de dominación en modos que los antiguos poderes imperiales nunca pudieron soñar ni alcanzar. Mediante los mecanismos del mercado, algunos antiguos esclavos o colonizados pudieron llegar a formar parte de las camarillas del poder y alejarse de la miseria del hambre y la pobreza. En estos tiempos en que las denuncias por corrupción se han convertido en un mantra perpetuo, los dulces arrullos del Mercado y la promesa de encontrar una mayor riqueza posible dentro de sus laberintos, amordazan y/o amortiguan las pocas voces que intentan cambiar el curso de las cosas. Antes de intentar restringir la crisis alimentaria a las últimas décadas y/o a los usuales culpables, deberíamos repasar las historias de aquellos que (desde la inauguración del capitalismo, hace unos siglos) murieron de hambre cuando las palabras “crisis alimentaria” aún no se habían pronunciado(1). O al menos no de la misma manera que las decimos hoy.
Cada vez más, sólo puede accederse a los alimentos a través del Mercado, como sucede con el trabajo, la educación, la salud, la justicia, el nacimiento, el derecho a existir, el derecho a respirar aire puro, etc… Todo lo que implica hacer que la vida merezca ser vivida o hacer que merezca la pena vivir como ser humano, todo ello sólo es accesible mediante mecanismos controlados por pocos individuos, y sobre todo, por una mentalidad que no es atribuible a nadie en concreto. Los fundamentalistas del mercado podrían reaccionar y decir que esto es una exageración y que ellos están también interesados por todos los objetivos mencionados arriba. En tanto que fundamentalistas que se han beneficiado del Mercado, lógicamente su objetivo principal ha sido, es, y será mantener el prisma mercantilista como el criterio determinante para evaluar el valor de la vida. Si la crisis alimentaria no se problematiza desde dentro de su situación, es decir, desde las historias de aquellos que pasaron hambre por ser quienes eran (es decir, los prescindibles), entonces el ejercicio es muy posiblemente proporcionar soluciones que benefician a los auto-proclamado descubridores del hambre/hambruna. Históricamente, los descubridores no se han visto nunca a sí mismos, al menos no al principio, como una posible y probable fuente de los problemas socio-económicos que están afectando a más del 90% de la población mundial.
Al discutir la actual crisis alimentaria desde la perspectiva de las últimas décadas, estos analistas de corto plazo, consciente o inconscientemente, están diciendo que el problema es momentáneo y coyuntural. No es ninguno de los dos, y se ha estado creando durante mucho tiempo(2). A veces, como actualmente, el periodo de tiempo puede ser aún más corto debido al énfasis en las crisis financiera, energética y ecológica concomitantes. Este ensayo quiere enfocar la actual crisis alimentaria desde una perspectiva que se remonta por lo menos a 1491. Como Ch. Mann ha apuntado, 1492 es el punto de inicio de un discurso posterior que intenta dar la impresión de que antes de 1492 no hubo nada que merezca ser recordado. La mentalidad dominante que emergió de los así llamados descubrimientos enfatiza sólo los aspectos positivos, excluyendo cualquier aspecto que pueda manchar su expediente.(3)
El término consciencia del mal es uno de los que se ha utilizado para describir lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial.
Cincuenta años después, hemos pasado lenta pero inexorablemente a una situación que está llevando a la erradicación de personas que obstaculizan el camino del triunfo total y completo de la voluntad de los más ricos de la tierra. Cuando se expulsó de sus tierras a los nativos americanos, cuando perdieron las bases materiales de sus medios de subsistencia, murieron de hambre y enfermedades.
Siglos después, pero esta vez a mayor escala, hay masas de gente que pasan hambre, mientras que otros se hinchan, hasta la muerte(4). Algunos, porque no están comiendo los alimentos necesarios, otros porque simplemente comen demasiado, excitados, movidos por las interminables campañas publicitarias.
La mortal concepción anti-humanidad ha llegado a tal nivel de intensidad que sus víctimas no se dan cuenta de que no es obligatorio someterse a ella. Sólo se trataría de afirmar la humanidad y los principios de la vida.
La crisis alimentaria actual vista desde los que pasan hambre.
Si queremos escuchar atentamente los ecos históricos de los que levantaron su voz contra la inhumanidad, podemos oír, desde el pasado, cosas como lo siguiente:
Cuando los pueblos recibían el castigo de la hambruna, protestaban, pero ¿quiénes eran? Esclavos. Ellos respondieron: No somos esclavos, somos africanos que fueron esclavizados.
Fueron asesinados por hablar.
La humanidad protestó, se oyeron sus gritos, pero fue colonizada, encarcelada, violada y exiliada, sólo por haber hablado cuando pretendían que callara.
El ser humano protestó, los recién nacidos, los niños y niñas, los hombres y mujeres ancianos protestaron, seguidos por los animales, los pájaros, la naturaleza. La vida protestó ante la muerte Infructuosamente.
Los más poderosos dictaminaron:
El mercado debe prevalecer, debe seguir prevaleciendo. El hábito de no escuchar a los seres humanos más débiles. El hábito de violar impunemente condujo al humanitarismo, un descubrimiento pensado para tapar los crímenes contra la humanidad de aquellos que han rechazado escucharla y han perdido su humanidad.
Desde Colón hasta hoy, los descubridores no han cambiado, cambiaron sus canciones para reforzar su concepción llevándonos a la pregunta:
¿fue su descubrimiento del humanitarismo una desviación o una negación de su propia humanidad?
O están diciendo que hay una humanidad que ellos o sus agentes tienen que entender, representar y defender mediante el humanitarismo, caritativamente, y hay una humanidad contra la que no debe cometerse ningún crimen. Se descubrieron a sí mismos como los mejores representantes de la humanidad, pero están desconectados de la humanidad, nunca han visto el hambre, la única cosa que entienden es cómo hacer dinero gracias a sus descubrimientos sean cuales sean sus nombres:
tierras, esclavos, colonias, pobreza, miseria, hambre.
La historia se conoce desde hace mucho tiempo, pero sigue siendo apartada, especialmente cuando se intenta liberar a sí misma de los grilletes del discurso dominante. Una persona esclavizada que se libera sin esperar la abolición del amo o un pueblo colonizado que se descoloniza antes de que el colonizador lo crea apropiado, debe “enseñarnos una lección”. Desde Santo Domingo/Haití a Indochina/Vietnam, o Cuba, Kenia o el Congo o Mozambique, la lección ha sido perforada por todos los medios disponibles por la mentalidad dominante: desde la violencia extrema a la seducción extrema. Con el mismo objetivo: asegurar que el miedo y/o la deshonra impida probar de nuevo la liberación a los descendientes de los que intentaron lo imposible (y lo consiguieron). Abajo diremos más cosas sobre la vergüenza.
Identificar y ordenar algunas de las raíces más profundas de la crisis alimentaria
Si la crisis actual ha de resolverse para beneficio de los que han sido más afectados por su irrupción, y de un modo en que los que más han sufrido el hambre participen en el planteamiento sobre cómo acabar con el hambre, entonces la crisis alimentaria debe examinarse alejándose del traqueteo de tablas estadísticas que rebelan lo obvio, a saber, que los más pobres de los pobres se están
empobreciendo más, en beneficio de los más ricos de entre los ricos. Desde que existe la humanidad, los primeros se han levantado contra los segundos, pero debemos resistir la tentación de aceptar la idea de que las políticas de emancipación siempre fracasan. Más cerca de nosotros en la historia, también debemos evitar caer en la aceptación de que los pensamientos expresados por intelectuales de elevada formación tienen más valor que los pensamientos de los campesinos sin formación o escasamente formados. Carecer de estudios no significa ser incapaz de pensar.
Los africanos que eliminaros la esclavitud en Santo Domingo/Haití, pensaron mejor la situación desde dentro que los predecían que no serían capaces de alcanzar esa proeza. No es difícil de imaginar los propietarios de esclavos (o los filósofos de la Ilustración) diciendo a quien les escuchara: ¿Qué saben los esclavos sobre la libertad? Y aún así, éstos fueron los que desafiando todas las probabilidades y predicciones de fracaso, nos dejaron las lecciones sobre cómo alcanzar la libertad. Pero de nuevo, las lecciones re-explicadas por los descubridores y/o sus descendientes y/o aliados, siempre difieren mucho de las lecciones re-explicadas o recordadas por los llamados “descubiertos” y/o sus descendientes y/o aliados. A menudo uno se encuentra las voces más distorsionadoras de las historias/lecciones que emergieron de las batallas contra los defensores de la sumisión a la mentalidad dominante. Por ejemplo, escuchar la historia de Haití contada por C.L.R. James o, más recientemente, por Peter Hallward no es lo mismo que oírla contada por Alex Dupuy(5). Los más ricos de los ricos tienen múltiples maneras de imponer sus visiones, pero también los tienen los más pobres, siempre y cuando estén convencidos de que pueden.
Para cualquier ser humano, el sufrimiento puede alcanzar puntos insoportables, pero al mismo tiempo, una y otra vez en la historia la gente ha mostrado una capacidad heroica para resistir y elevarse por encima de las más extremas formas de tortura, especialmente cuando es motivado por una conciencia política de su situación, que la mentalidad dominante había descartado repitiendo incesantemente la idea de que la solución sólo puede encontrarse según sus propios esquemas.
Si uno observa de nuevo la historia de Haití, es fácil entender porqué los propietarios de esclavos y plantaciones procuraron, por todos los medios necesarios, hacer creer que los africanos que acabaron con la esclavitud en Santo Domingo nunca lo debieron haber intentado: utilizaron medios financieros, económicos, políticos, religiosos, culturales e intelectuales para transmitir el mensaje de que los habitantes de Santo Domingo hubieron hecho mejor si no se hubieron levantado contra la esclavitud.
Resumiendo, se ha hecho de todo para asegurar que otros africanos esclavizados (o viviendo en cualquier sistema de esclavitud posterior) no piensen en políticas emancipadoras como una opción viable. La historia de Haití es una de las más ejemplares para ambos lados de la valla ideológica que separa las políticas emancipadoras y las políticas consensuales / sumisa / abolicionistas.
La convergencia entre el miedo a la historia propia y el miedo al hambre
Desde el punto de vista histórico, sabemos que la proporción de africanos en Santo Domingo era muy alta. Los materiales eran baratos y menos costosos que intentar mejorar el mantenimiento.
Era más barato conseguir cuerpos frescos y utilizarlos hasta la muerte. La proporción demográfica también era favorable a los africanos, tanto los libres como los esclavizados. Desde el principio hasta el fin del siglo XVIII, el número de africanos fue de unos 2,000 hasta medio millón, como en cualquier situación parecida, deben haberse discutido algunas posibilidades: mejorar las Condiciones de trabajo/trato, incluyendo mejor comida, y deshacerse del sistema por completo.
Sin embargo, antes de entrar más en nuestro análisis, es importante conectar la historia de los africanos de Santo Domingo con la de los africanos de uno de sus lugares geográficos de origen: el Reino del Congo. Sólo 85 años (unas 3 generaciones) separan dos acontecimientos relacionados con la abolición de la esclavitud. El 2 de julio de 1706, Kimpa Vita (a veces conocida como Dona Beatriz) fue quemada en la hoguera por haber intentado convencer al Rey del Congo de que pusiera fin a las actividades de los asaltantes/mercaderes de esclavos portugueses.
No fue empresa de sólo una persona. Los que estaban de acuerdo con sus denuncias se manifestaban detrás del movimiento conocido como el Movimiento Antoniano, que se llamaba así porque Kimpa Vita dijo que ella había recibido su mensaje de San Antonio. No se sabe mucho sobre el movimiento tras la muerte de Kimpa Vita, pero es razonable suponer que sobrevivieron recuerdos del movimiento y que éste podía haber influenciado a los que, en 1791, en Santo Domingo, decidieron y prometieron acabar con la esclavitud. Y no sería injusto presumir que, como principio, la humanidad tiene genes alérgicos a cualquier forma de esclavitud.
Desde dentro de la humanidad siempre habrá quienes promuevan políticas emancipadoras.
Los africanos que acabaron en Santo Domingo vivieron en una situación espantosa. Para comprender su determinación de liberarse de la esclavitud, debemos intentar entender en qué consistía la esclavitud (6). Esto último es casi imposible, al margen de las descripciones disponibles a través de los relatos históricos, de ficción o cinematográficos (7). El uso de un continente entero como coto de caza para esclavizar a las personas es el tipo de invasión de la humanidad que, no habiendo sido reconocida, abrió las puertas a futuras invasiones. No sólo en términos del número de personas mutiladas, asesinadas o violadas, sino también porque reforzó más la mentalidad basada en la idea de que la competición hasta la muerte, por cualquier medio, es el modo más eficaz de organizar cualquier economía. Nunca acabaremos de subrayar suficientemente que mientras no entendamos la enormidad de lo que ocurrió será imposible hacer nada en relación a los problemas actuales de la humanidad (8).
De esta mentalidad ha surgido el hábito de minimizar/borrar lo que supuso la esclavización industrial de un continente entero. Este proceso de construir lentamente una cierta mentalidad buscaba minimizar/amortiguar/erradicar los esfuerzos de aquellos que, mucho antes de que fuera proclamada por los “descubridores”, se alzaron ante los crímenes contra la humanidad; y acaba distorsionando cualquier intento de alzamiento contra algunas de sus más peligrosas consecuencias. Esta minimización de la esclavitud y sus consecuencias se ha repetido en cada transición posterior (final de la colonización, final del apartheid). Cuando el gobierno francés aprobó la ley que reconocía la esclavitud como un crimen contra la humanidad (Loi Christiane Taubira, 2001), se hizo de un modo que intentaba proteger a los que colectivamente se beneficiaron de la esclavitud. ¿De qué otro modo podemos interpretar el comportamiento del gobierno francés hacia el Presidente Jean Bertrand Aristide (JBA) en 2004. El secuestro fue realizado por el ejército americano en colaboración con los gobiernos francés y canadiense y sus aliados, incluyendo la República Centroafricana. Todo el episodio recordaba, más de 200 años después, el secuestro de Toussaint-L’Ouverture.
¿Qué significa esta larga vuelta por la historia de Haití en relación al objetivo de analizar la crisis alimentaria actual? Esto era para resistir la tentación de enmarcar la crisis alimentaria desde la perspectiva de aquellos que quieren beneficiarse al máximo de ella. En sus términos más simples, la crisis alimentaria está siendo analizada y explicada dentro de los parámetros establecidos por una mentalidad dominante cuyas más hondas raíces están en cómo organizaron la pauperización de aquellos que habían desafiado el mayor azote de su época. De hecho, eso fue más que un castigo, fue el embrión de lo que ha pasado a llamarse globalización dos siglos después.
Los africanos, entonces, entendieron su situación sin representantes políticos o caritativos. Su comprensión y pensamiento sobre cómo salir de su situación fue producto de su propio pensamiento y, definitivamente, sin la ayuda de los filósofos Ilustrados. Ya había pasado el 1789, y eso ayudó a mover la idea, al menos entre algunos, que si la bandera de Libertad, Fraternidad e Igualdad tenía significado, entonces debía conducir a la total abolición de la esclavitud. Se hicieron esfuerzos masivos, no sólo en Francia, sino también en Inglaterra y España, para intentar hacer o anular lo que hicieron los africanos.
La abolición de la esclavitud en los territorios controlados por Francia no tendría lugar hasta 1848. Una fecha que también coincide con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Pero como hemos afirmado antes, estos derechos se aplican de modo distinto si uno pertenece a la Humanidad (primera clase) o a la Humanidad-que-existe-gracias-al-humanitarismo (segundo y tercera clases).
¿Se resolverá la crisis alimentaria utilizando la perspectiva discriminatoria descrita arriba o según la comprensión de que sólo existe una humanidad? En otras palabras ¿quién planteará la cuestión sobre cómo erradicar la pobreza y el hambre: la mentalidad dominante que las ha generado masivamente?, ¿o bien, los pobres ofrecerán su perspectiva a las preguntas y darán respuestas sin el consejo humanitario/caritativo de los “descubridores” de la pobreza y el hambre?
No es difícil de ver que la crisis alimentaria está conectada con otras crisis, económica y financiera (la llamada crisis hipotecaria), climática, etc. También está claro que todas las instituciones se han movilizado, desde las que se especializan en este tema (p.ej. FAO, ministros de gobiernos) hasta personalidades, como el pasado Secretario General de la ONU, Kofi Anan, que entiende la seriedad y gravedad de la crisis.
Pero cuando todos estos especialistas se reúnen y discuten, las voces de los campesinos, las voces de aquellos que producen los alimentos, ya sea para sí mismos o sus familias, o para corporaciones, raramente, o nunca, son escuchados. Es más, ¿Cómo podemos esperar que las personas cuya mentalidad es responsable de la crisis alimentaria proporcionen respuestas satisfactorias? ¿Cómo pueden las personas que no ven nada mal en su mentalidad deshacerse de o distanciarse del mismo modo de pensar que ha llevado a los habitantes de la tierra enfrentarse con un desastre amenazante?
El miedo presente en las mentes del grupo mencionado arriba no es el mismo que el que se encuentra entre los habitantes más vulnerables del Planeta. Una mente que no tiene que preocuparse por comer tres comidas al día, además de proporcionar comida a todos los miembros de su familia, puede estar en paz, mientras que los que pasan hambre diariamente a menudo recurren (Raj Patel) al suicidio como la solución a su miseria diaria. Surge una pregunta inconveniente que se parece al que surgió en relación a la epidemia del VIH-SIDA: ¿Puede ser que los más ricos prefieran dejar morir a los que pasan hambre a discutir con ellos el mejor modo de resolver la crisis?
Miedo y Vergüenza: ¿Consciencia del Mal o de la Vergüenza?
Además del miedo está la vergüenza. Mientras los psicólogos han estudiado cómo detectar mentiras en las personas, no ha habido mucho interés en intentar entender el porqué y cómo, individual y colectivamente, los seres humanos están dispuestos a esconder cualquier cosa que pueda ser vergonzante. El miedo de que se revele un acto vergonzante proporciona un incentivo poderoso para ocultarlo (9).
Conocer cómo un segmento de la humanidad ha tratado a los demás en el pasado puede llevar a un sentimiento de vergüenza y al deseo de pedir perdón. Desafortunadamente, no se trabaja bajo las mismas condiciones: los que saben por sus propios expedientes históricos que han perpetrado actos vergonzantes no están dispuestos a darlos a conocer. Lo que se hizo a los africanos o a los nativos americanos en nombre de un modo de pensar, de una ideología o religión, etc. no se ha sentido de forma igual en todo el mundo. En algunos casos, p. ej. Francia en relación a los africanos y la esclavitud, se ha reconocido que la esclavitud es un crimen contra la humanidad, pero poco se ha hecho para revertir las consecuencias directas e indirectas. De hecho, la apología tardía ha servido a menudo como el medio más eficaz de preservar los beneficios adquiridos mediante el crimen.
En cuanto un tabú ha sido traspasado, se vuelve extremadamente difícil, si no imposible, superar sus consecuencias directas e indirectas. En relación a los alimentos, en un mundo en el cual nadie debería pasar hambre, las personas pasan hambre precisamente porque se ha vuelto aceptable, para la mentalidad dominada por el sistema dictatorial del mercado libre, el hecho de que alguna gente morirá de hambre. La norma aceptada, bajo la actual mentalidad, es que el hambre no se puede erradicar por más esfuerzos que se hagan. El hecho de que la humanidad haya sido capaz de erradicar ciertas enfermedades, incluyendo el hambre, no se considera una prueba de que el hambre pueda terminarse.
¿Por qué las historias de Santo Domingo/Haití son más emblemáticas que nunca?
En su marcha auto-celebrada a la que han llegado, los más ricos siempre temieron lo que los más pobres pudieran hacer si entendieran sus propias situaciones sin interferencias externas.
Mientras tanto, una parte de la humanidad ha recurrido, directa o indirectamente, a prácticas espantosas con el fin de someter y/o destruir a aquellos que consideran menos que humanos (10).
El proceso de empobrecimiento de Haití desde 1804 nos puede servir para pensar sobre la crisis alimentaria actual.
Haití, por ejemplo, fue auto-suficiente en la producción de arroz, la República del Congo solía exportar cassava y muchos otros productos alimentarios. Ambos países actualmente tienen que importar esos productos debido a un proceso que involucró a los economistas del Banco Mundial y la común estrategia de liberalización del gobierno de Estados Unidos. El proceso de convertir economías auto-suficientes en economías dependientes ha sido documentado ad infinitum(11). La ayuda y la caridad se complementan como el remedio de los extremos depredadores desatados por la norma dictatorial de la competitividad.
Haber triunfado donde no se esperaba el éxito, como hicieron los africanos erradicando la esclavitud, pudo haber infligido una seria sacudida al sistema(12). Los que se habían beneficiado más de la esclavitud tenían que imponer su propia temporalidad: hizo falta otro medio siglo para que Francia aboliera la esclavitud. Este tiempo era crucial para domar a aquellos otros que habían pensado, en el pasado, que la esclavitud era de hecho un crimen contra la humanidad. De nuevo, como con la abolición, el tiempo para el reconocimiento tuvo que ser impuesto por los que más se beneficiaron del mismo crimen. Fue ya en el año 2001 cuando Francia finalmente aprobó una ley que reconocía la esclavitud como crimen contra la humanidad. Mientras trabajaba en Mozambique, entre 1979 y 1986, una vez tenía un póster contra el apartheid: “El Apartheid es un Crimen contra la Humanidad.” Un visitante, mirándolo, me preguntó qué significaba. Yo permanecía callado pensando que era evidente. ¿Cuánto tiempo tomará al gobierno surafricano reconocer el apartheid como crimen contra la humanidad? ¿O sucede que en nombre de la Verdad y la Reconciliación hay que silenciar las múltiples raíces del crimen?
De 1962 a 1974, el Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) consiguió, contra todo pronóstico, acabar con las normas coloniales portuguesas. Un éxit como ése, como en Haití, debía ser respondido. El contexto, en Mozambique, estaba dominado por la Guerra Fría. Frelimo había recibido el apoyo de la URSS, la República Popular de China, Cuba, Vietnam, la República Democrática Alemana, pero también por gente de países occidentales como Italia, Holanda y Suecia. Como dijo Henry Kissinger durante una visita a Sur África en abril de 1976, el comunismo debía ser derrotado en Sur África(13). No mucho tiempo después se desató la guerra civil más atroz, que buscaba “dar una lección a Frelimo.”
Las consecuencias de la guerra han sido tan devastadoras que, en nombre de la paz alcanzada en 1992, se ha vuelto preferible no hablar de la guerra. Y tanto es así que el silencio sobre la guerra civil se está extendiendo a la guerra contra los colonizadores, como si esa fuera la guerra que nunca tendría que haber ocurrido. De nuevo, es difícil no pensar en Haití y lo que los africanos hicieron con la esclavitud. La élite actual en Haitía actúa como deseara que la esclavitud no se hubiera abolido, al menos no en la manera que se hizo entre 1791 a 1804. Y las élites actuales en Mozambique prefieren concentrarse en enriquecerse todo lo posible y tan rápido como sea posible, murmurando inaudiblemente a sí mismos que si no hubiera sido por Frelimo, ellos estarían mucho mejor en la actualidad (14).
Se habla de Haití y Mozambique como de países muy pobres.
Gracias a los donantes exteriores, los programas anti-pobreza ayudan a los más pobres a superar el hambre y otros problemas. Es comprensible que los que sufrieron las consecuencias de la guerra (especialmente la guerra civil, 1980-1992) preferirían no enfrentarse a esta situación otra vez. Surge una pregunta, sin embargo: ¿ el miedo a lo que pasó durante el colonialismo o después, debe conducir al miedo de la política, es decir pensar por uno mismo cuál es la mejor manera de salir de una situación? Es más, ¿el hecho de que la Unión Soviética y sus aliados “perdiera” la Guerra Fría, debe llevar a los mozambiqueños a la conclusión de que debe prohibirse para siempre cualquier cosa que se parezca al socialismo y/o comunismo?
El proceso de imponer un solo modo de pensar en el colonialismo y su desaparición ha seguido las mismas pautas que el que se ha observado en Haití: hay que hacer las cosas de modo que no pueda emerger un modo diferente de organización social, productiva y distributiva. Las diferencias se aceptarán si no se contradicen con la mentalidad dominante.
Césaire, poesía, política y historia Cuando Aimé Césaire murió recientemente, muchas personas, incluyéndome a mí, se dieron cuenta que alguien muy especial había vivido entre nosotros y no había sido escuchado o entendido como debería. Esto ocurrió antes y volverá a ocurrir. Tiempo después, algunos lo describirán como una voz profética. Él siempre insistía, sin decirlo de este modo, que él no era un político y que su pensamiento político estaba en su poesía(15). Él dijo lo siguiente respondiendo a una pregunta concreta de Françoise Vergès sobre la relación entre su poesía y su pensamiento político: “La poésie révèle l’homme à lui-même. Ce qui est au plus profond de moimême se trouve certainement dans ma poésie. Parce que ce ‘moimême’, je ne le connais pas. C’est le poème qui me le révèle et même l’image poétique.” (Aimé Césaire. Entretiens- 2005:47) [La poesía revela el hombre a sí mismo. Lo que proviene de lo más profundo de mi puede hallarse en mi poesía. Porque ni siquiera conozco este “mi mismo”. Es el poema el que me lo revela.]
Utilizar datos estadísticos para demostrar la demencia y las injusticias que hay detrás de la actual crisis alimentaria no harán mella en la conciencia de los que son responsables de ella. Para alguien como Césaire, y Françoise Vergès lo subraya bien (A Césaire. Entretiens - 2005:111-136), la inmensidad de la herida producida por un segmento de la humanidad sobre otro, mediante
la esclavitud y después agravada por la colonización, nunca ha sido bien evaluada. Esta evaluación se evita deliberadamente debido al miedo/vergüenza de lo que pasaría a todos aquellos que sólo conocen una verdad, una historia: la historia, la verdad de la humanidad vista desde los ojos y la mentalidad de los que esclavizaron o colonizaron. El shock resultante de descubrir lo que se ha ocultado podría ser abrumador para los que no estén preparados.
Desde dentro de este tipo de relato histórico, la mentalidad dominante está obligada a presentar el acceso a los alimentos, sanidad, educación, justicia, como cosas fácilmente disponibles a cualquiera. Parafraseando a Françoise Vergès, la mentalidad dominante (en Francia) está convencida de que la abolición de la esclavitud en 1848 fue un regalo de Francia a los africanos. Esta mentalidad paternalista está tan profundamente arraigad hoy como lo estaba en 1848. El sometimiento al sistema dominante se ha realizado con diferentes medios, pero los resultados son igual de devastadores para la humanidad en su conjunto. Nunca se han enfrentado las consecuencias directas e indirectas de la esclavitud y la colonización. Como resultado, oímos llamadas a los pobres para que cambien su actitud. Es muy fácil promover la idea de que los pobres son pobres porque lo quieran ser, tan fácil como acusar a los campesinos de pereza. Nadie entre los más ricos acusa de pereza a los ladrones de tierras, banqueros y especuladores(16) .
En la poesía de Aimé Césaire oímos, aunque aún no lo hemos aprendido, que vivir es un arte. Los especuladores de los alimentos, financieros, colonizadores, esclavistas y todos aquellos que nunca han visto nada malo en su mentalidad o en vivir como un ejercicios de contabilidad quizá elogian a nuestro querido Césaire e incluso citan su poesía, pero lo hacen desde dentro de su mentalidad contabilista, aceptándolo paternalistamente, igual que aceptaron la abolición de la esclavitud en 1848. Como decíamos en el preámbulo, la crisis alimentaria es una de las múltiples manifestaciones de una humanidad que se acerca a un callejón sin salida. Cada vez más personas empiezan a sentir que cuando los principios de la vida determinados por seres humanos son sometidos a los principios determinados anónimamente por una deidad llamada Mercado, es que alguna cosa, en algún lugar, no funciona. Cuando la comida, p. ej. trigo o maíz, se produce por razones distintas que alimentar a las personas, entonces, seguramente, es un signo de que el segmento de la humanidad que promueve tal desviación ha modernizado, exponencialmente, lo que sucedió durante la Segunda Guerra Mundial. Se reduce al estado de no-existencia a masas de personas en nombre de la defensa/promoción de cierta mentalidad.
La libertad sin igualdad y fraternidad es libertad para aniquilar El Mercado, libre de cualquier norma basada en la igualdad y la fraternidad entre todos los segmentos de la humanidad, sólo puede llevar a la aniquilación de la humanidad. Esto no es una predicción, está sucediendo tan ciertamente como el deshacerse de los glaciares en los dos polos, como el progreso del calentamiento global. ¿Cómo revertir la mentalidad que se ha apoderado no sólo de los especuladores, banqueros, políticos y líderes religiosos?
¿Cómo desafiar la tendencia tan arraigada de pensar que la tarea es imposible? Para empezar, debemos escuchar las voces que llevan diciendo lo mismo durante siglos. No es suficiente decir que sólo hay una humanidad si, al mismo tiempo, no escuchamos algunas de sus voces, al margen de las razones. Cuando la crisis es tan seria como la actual, se mire desde donde se mire, ¿no es sabio reconocer que cada miembro singular de la humanidad tiene algo que decir? ¿No deberíamos pedir y animar a que se levantaran las voces más pequeñas? ¿No es lo más sensato aceptar, ante las Verdades Inconvenientes, las verdades inconvenientes pronunciadas por los más pobres en los siglos pasados?
Ante la sistemática negación de la humanidad, sólo hay un camino posible: alzarse contra tal negación. Es crucial que la resistencia contra la mentalidad dominante se dirija desde los principios que buscan una visión diferente. Esta debe estar firmemente basada en la solidaridad. La única fuerza que hay que utilizar debe ser la del arte, la poesía y la ciencia al servicio de la humanidad.
Los artistas, poetas, científicos también tienen que comer. La libertad por sí misma no da de comer, pero la libertad con igualdad y fraternidad si que puede. Los artistas, poetas y científicos no necesitan congregarse en lugares designados por los promotores del mercado. En tales lugares, deben escucharse todas las voces respetando los principios básicos que quieren acordar los que insisten en la necesidad de un cambio de mentalidad. Entre los principios, los siguientes deberían tenerse en cuenta: Se debe escuchar a los más pobres en su propia voz.
Hay que aceptar la multiplicidad de voces. No hay que aceptar ninguna representación.
Curar desde el miedo y la vergüenza
La transición después del apartheid, incluso con la ayuda de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (TRC), no ha cumplido las promesas anunciadas. Los recientes (mayo 2008) pogromos de pobres contra otros pobres ha desvelado, por un lado, los defectos de entender la TRC como una panacea, y por otro lado, ha mostrado agudamente los defectos de la ANC como el partido gobernante, así como en relación a su manera de enseñar a la población que la ayuda internacional fue necesaria para derrotar el apartheid. En este proceso de informar y educar, el papel de los africanos corrientes que arriesgaron su vida y dieron todo lo que pudieron generosamente, debería haber sido subrayado. Este fracaso, sin embargo, lo comparten la mayoría de gobiernos africanos debido a su tendencia común de menospreciar el papel de la gente corriente en la construcción de su historia.
Como en todas las anteriores grandes transiciones (de la esclavitud a la post-esclavitud, del colonialismo al post-colonialismo), el lado derrotado se reorganizaba rápidamente con el objetivo de minimizar sus pérdidas. En este proceso fueron ayudados por sus antiguos enemigos (ahora llamados adversarios).
Como dice el famoso lema de Nkrumah, estaban convencidos de que una vez que se hicieran con el reino político, lo demás vendría seguidamente. Y sin embargo, en términos sociales y económicos se hallaron de golpe lejos de aquellos que realmente hicieron posible hacerse con el reino, y mucho más cerca de sus pasados enemigos cuya idea principal se centraba en mantener la economía tan bien como antes.
El miedo del nuevo gobierno era mostrar que las cosas en Sur África, podían ser distintas a cómo sucedieron en el resto del continente. El miedo llevó a los líderes de la ANC a separarse del Freedom Charter, e incluso de los principios creativos para recompensar a los más pobres y, sobre todo, darles voz en la transformación política.
Tener voz en la transformación política significaba, entre otras cosas, como apuntaban los miembros de AbahlalibaseMjondolo, hablar por sí mismos y no ser representados por los políticos. Los más pobres que viven en barracas en Durban, Jo’burg, o Cape Town se ven a sí mismos como los que realmente están defendiendo los principios contenidos en el Freedom Charter. La democracia significa que todas las personas piensan, que todas merecen respeto y dignidad.
La libertad debe significar que cuando no se proporciona una vivenda digna, y condiciones de vida dignas a los más pobres, ellos son los que están mejor cualificados para asegurar que sus voces se escuchan claramente sin traductores y/o intermediarios, ya sean abogados, líderes locales, y/o políticos (17).
Las similitudes entre los más pobres, los campesinos que están sufriendo por todo el mundo, piden un refuerzo de los vínculos existentes, para compartir más los relatos e historias de la resistencia contra lo que Amit Bhaduri ha llamado el síndrome TINA (siglas en inglés de, no hay alternativa a la Globalización). El síndrome no es nuevo.
La imposición de las leyes coloniales se presentó como un ejercicio altruista que llevaba la civilización a África. El trabajo forzado se presentaba como un ejercicio educativo. Las políticas emancipadores deben ir de la mano de los relatos históricos de la emancipación y alejarse de los relatos históricos enmarcados dentro de los discursos del éxito de la globalización contados desde la perspectiva de las mega-corporaciones multinacionales y/o las instituciones financieras que están a su servicio.
¡GLOBALICEMOS LA LUCHA,
GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!
Notas :
(1) En un momento de su triunfal surgimiento, el Imperio Romano intentó resolver su crisis alimentaria conquistando Egipto
(2) Fernand Braudel y muchos otros después, han insistido correctamente en acercarse a la historia con una perspectiva de largo plazo. Desafortunadamente, tal acercamiento ha tendido a favorecer las cuestiones que emergen del discurso dominante. En el número de Pambazukanews 383, centrado en la Crisis Alimentaria, el periodo temporal era incluso más corto: los años 70. Si intentamos entender la crisis alimentaria actual, pero también entender otras crisis alimentarias del pasado (como la hambruna de la patata en Irlanda del siglo XIX) ¿cómo contextualizar el tema si no queremos sólo tratarlo superficialmente?
(3) Por ejemplo, Howard Zinn en su “People History of the US” solo llega al punto de proporcionar un inventario de la matanza de Nativos americanos y africanos. Para él, el año 1776 sigue siendo el Acontecimiento. Y como indica el subtitulo, su discurso empieza en 1492.
(4) Ver Raj Patel, Stuffed and Starved. The Hidden Battle for the World Food System. Melville House Printing www.mhpbooks.com 2008.
(5) C.L. R. James, The Black Jacobins; Peter Hallward, Damming the Flood: Haiti, Aristide and the Politics of Containment, Verso. 2007; ver también el artículo de Peter Hallward sobre el libro de Alex Dupuy The Prophet and Power: Jean Bertrand Aristide, the International Community and Haiti Rowan and Littlefield. 2007. en Haiti Liberté aristide-the-internationalcommunity-
and-haiti http://www.haitianalysis.com/2007/8/18/hallwardreviews-dupuy-s-the-prophet-and-power-jean-bertrand
(6) Es necesario subrayar la importancia de esto, vista la tendencia de la mentalidad dominante a atenuar los horrores de la esclavitud. Ver: J. Thornton, Africa and Africans in the Making of the Atlantic World, 1400-1800. Cambridge University Press. 1998.
(7) En su Black Jacobins, C.L.R. James lo intentó. Escritores de ficción lo han intentando desde Ayi Kwei Armah y su Two Thousand Seasons, hasta el libro de Toni Morison Beloved. Haile Gerima en su película, Sankofa, ofreció una visión espeluznante de cómo debió ser. Y, sin embargo, cuando todo está dicho y hecho, yo diría que hasta hoy, y con todos los respetos a los autores citados, nadie se ha acercado a medir lo que significó realmente la esclavitud a nivel individual y colectivo. Debo asumir que tal medición, no sólo en términos físicos, será un día posible. Esta esperanza reside, en parte, en la conciencia de que alguien en algún lugar consiguió este imposible acto, pero que no fue registrado en la forma o el lugar donde hubiera trascendido. Hay excepciones, notablemente Aim
é Césaire (2005).
(8) Un punto convicentemente mostrado por Françoise Vergès en Césaire (2005)
(9) Recientemente, se ha podido ver lo difícil que es aceptar que personas muy ponderosas pueden mentir. En tiempos anteriores, Hitler y sus acólitos se dieron cuenta de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
(10) Recientemente (en mayo 2008), en Sur África, los más pobres (llamados indígenas surafricanos) se movilizaron contra otros pobres, extranjeros. Ha sido el ejemplo más reciente y una ilustración ejemplar de cuán consolidada está la mentalidad competitiva. También revela los defectos estructurales de la transición del apartheid al post-apartheid fundada en la idea errónea de que pintando de negro a los ricos se transformarían radicalmente los principios económicos financieros de los días del apartheid.
(11) Uno de los relatos más interesantes lo ha dado John Perkins en su Confessions of An Economic Hit Man. 2004(ISBN0-452-28708-1) Ver también Raj Patel, Stuffed and Starved
(12) Lo que se temía era el efecto que podía tener en otros africanos que querían liberarse de la esclavitud en otras partes
(13) Glijeses, Piero. Conflicting Missions: Havana, Washington, and Africa, 1959-1976. 2002. The University of North Carolina Press.
(14) Este murmurar inaudible puede incluso provenir de veteranos de buena fe del conflicto armado.
(15) Aimé Césaire, “Calendrier laminaire”, en Moi, Laminaire, en Anthologie Poétique, Paris, Imprimerie nationale, 1996, pp. 233-234; citado en Aimé Césaire, Nègre je suis, nègre je resterai. Entretiens avec Françoise Vergès. Paris, Albin Michel, 2005, pp. 47-50.
(16) Hay excepciones. K. Marx es el ejemplo más claro con su referencia a los “capitalistas recortadores de cupones”
(17) En su intervención más reciente, S’bu Zikode ha mostrado claramente estas políticas. Ver el discurso de S’bu Zikode en el Diakonia Economic Justice Forum. August 28, 2008. Incluido en su website: www.abahlalibasemjondolo.
Resumen historico de La Vía Campesina
La Vía Campesina surgió en un particular contexto económico, político y social que estaba minando la capacidad de los campesinos y campesinas del mundo de mantener el control sobre la tierra y las semillas.
Surgió en una época en la que un modelo particular de desarrollo rural estaba alterando los paisajes rurales, amenazando con convertir el conocimiento local en algo irrelevante y denigrando las culturas rurales. Los elementos claves en este fenómeno fueron la intrusa globalización de un modelo industrial de la agricultura, por una parte, y la búsqueda de un enfoque alternativo entre aquellos que han sido más afectados por la epidemia de la dislocación creada por su aparición.
En mayo del 1993, en una conferencia llevada a cabo en Mons, Bélgica, 46 representantes (hombres y mujeres) de organizaciones de campesinos, pequeños agricultores, pueblos indígenas y trabajadores del campo de varias regiones, crearon La Vía Campesina. Pero las raíces de La Vía Campesina se remontan tiempo atrás. Durante la década de los 80, los miembros fundadores de La Vía Campesina participaron en diálogos e intercambios con contra partes de sus regiones e internacionales.
Esto condujo a la creación de movimientos regionales tales como la Coordinadora Campesina Europea (CPE) en Europa, así como la Asociación de Organizaciones Agrarias Centroamericanas (ASOCODE) y la Coordinadora Latinoamericana de organizaciones campesinas (CLOC) en América Latina.
El diálogo y los intercambios llevaron a la firma de la Declaración de Managua, suscrita por representantes de ocho organizaciones campesinas de Centroamérica, el Caribe, Europa, Canadá y los Estados Unidos, que se habían reunido para participar en el Segundo Congreso de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos celebrado en Managua, Nicaragua.
La Vía Campesina se creó en el Norte y en Sur con unos objetivos comunes: un rechazo explícito del modelo neoliberal de desarrollo rural, un rechazo indiscutible a ser excluida del desarrollo de la política agrícola y una determinación feroz de no “desaparecer” y un compromiso para trabajar juntos para dar fuerza a la voz del campesino. A través de la estrategia de “construir unidad en la diversidad” y su concepto de Soberanía Alimentaria, organizaciones de agricultoras y agricultores del mundo están trabajando para garantizar el bienestar de las comunidades rurales.
El objetivo de La Vía Campesina es traer el cambio al campo.
Cambio que mejore los medios de vida, que aumente la producción local para el consumo local, y que abra el cambio en los espacios democráticos que den a la gente del campo un papel importante, una posición, y puedan decidir en asuntos que tengan un impacto en sus vidas. El movimiento cree que este tipo de cambio puede ocurrir solamente cuando las comunidades locales conquisten un mayor acceso al control de los recursos de la producción local, y cuando tengan un mayor acceso al poder social y político.
Desde la firma de la Ronda de Uruguay del GATT, en 1994, representantes de las organizaciones rurales del Norte, Sur, Este y Oeste, coordinados, caminaron juntos por las calles de Ginebra, Paris, Seattle, Washington, Quebec, Roma, Bangalore, Porto Alegre, Cancún y Hong Kong, entre otras ciudades. Cuando sea y donde sea que se reúnan las instituciones internacionales, tales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial y la organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), para discutir asuntos relacionados con la agricultura y los alimentos, La Vía Campesina está allí. La Vía Campesina está también en pequeñas comunidades donde campesinos y familias de agricultores, en lugares tan diversos como Honduras, México, Brasil, Guatemala, Indonesia, están resistiendo a la difusión de semillas genéticamente modificadas o han sido expulsados de sus tierras para facilitar el crecimiento urbano desorganizado, la construcción de campos de golf, el cultivo intensivo del camarón, grandes explotaciones porcinas o plantaciones de eucaliptos.
Para muchos esto es muy sorprendente. Durante más de cien años, aquellos que creían que sabían lo que estaba ocurriendo en el campo en todo el mundo, habían predicho la desaparición del campesinado. Seguramente, ahora ya deberían haber desaparecido todos. En vez de eso, integrados en La Vía Campesina, los campesinos están apareciendo por todos lados, una voz molesta y discordante en el coro que entona las alabanzas a la globalización.
La presencia de La Vía Campesina no ha pasado inadvertida.
Luciendo gorras verde oscuro, pañuelos, camisetas blancas y flameando banderas verdes adornadas con su logotipo brillantemente colorido, mientras cantan con energía sus consignas, La Vía Campesina se ha convertido en una voz cada vez más visible y resonante de la oposición radical a la globalización de un modelo neoliberal y corporativo de neoliberalismo.
Esta resistencia alcanzó su cenit en septiembre de 2003, el primer día de la Quinta Reunión Ministerial de la OMC, que tuvo lugar en Cancún, México, con la trágica muerte del líder agricultor coreano, Lee Kyung Hae, que junto a otros 120 coreanos se había unido a la delegación de La Vía Campesina en Cancún, con el propósito de que la OMC se mantuviera al margen de los asuntos de la agricultura. Portando un cartel: “la OMC asesina campesinos”, Lee caminó hasta la alambrada que había sido construida para “proteger” a los negociadores de los manifestantes, y se mató de una cuchillada.
El extremo y dramático acto de resistencia simboliza aquello que La Vía Campesina ha venido repitiendo: la liberalización de la agricultura es una guerra contra los campesinos y campesinas, que diezma las comunidades rurales y destruye las familias de agricultores. El grito desesperado de Lee por un cambio, ayudó a reforzar La Vía Campesina, y desde entonces el día 10 de septiembre ha sido declarado como Día Internacional de la Protesta en contra de la OMC. Ese día, organizaciones de varios países se movilizan a favor de la Soberanía Alimentaria. Claramente, la muerte de Lee no fue en vano.
La creciente visibilidad de La Vía Campesina como un actor social, arraigado fuertemente en las comunidades locales, mientras que al mismo tiempo se ha ido involucrando con más experiencia en la escena internacional, ha atraído la atención de muchas organizaciones rurales en búsqueda de alternativas. Entre 2000 y 2004, el movimiento creció más de un 41%. Durante la Cuarta Conferencia Internacional del movimiento, que tuvo lugar en Itaici, Brasil, en junio de 2004, cuarenta y dos organizaciones se unieron a La Vía Campesina. La Vía Campesina está constituida ahora por cerca de 150 organizaciones en 70 países.
Gran parte del éxito de La Vía Campesina se debe a que está equilibrando, con gran tacto y esfuerzo, los diferentes intereses de sus miembros tratando de una manera abierta tópicos tales como género, raza, clase, cultura, y las relaciones Norte/Sur, que podría potencialmente causar divisiones. Según La Vía Campesina el conflicto no es entre agricultores del norte y campesinos del sur.
Más bien, es una lucha entre dos modelos de desarrollo social y económico, que en muchos sentidos son diametralmente opuestos.
Por una parte, un modelo globalizado, neoliberal, corporativo, donde se ve la agricultura exclusivamente como un negocio para ganar dinero y donde los recursos están cada vez más concentrados en manos de la agro-industria. La Vía Campesina, por otra parte, tiene una visión diferente, más humana, el mundo rural, un mundo basado en la Soberanía Alimentaria. Aquí, la agricultura está dirigida por los campesinos y campesinas, basada en la producción campesina, usa recursos locales y está adaptada a los mercados domésticos. En este modelo la agricultura desempeña una importante función social, siendo al mismo tiempo viable económicamente y ecológicamente sostenible.
La formación y consolidación de La Vía Campesina prueba que los campesinos y las familias de agricultores no han sido cómplices durante el proceso de reestructuración económica, ni tampoco han sido victimas pasivas ante el creciente empobrecimiento y marginación. Al contrario, están resistiendo activamente la globalización de un modelo industrial de agricultura. En efecto, agricultoras y agricultores están utilizando tres armas tradicionales de los débiles: organización, cooperación y comunidad, para redefinir el “desarrollo” y construir un modelo alternativo de agricultura basado en los principios de justicia social, sostenibilidad económica y respeto para las culturas campesinas y las economías campesinas. Esto implica la creación de alternativas viables, yendo desde las pequeñas cooperativas agrícolas, bancos locales de semillas, asociaciones de comercio justo, para reclamar formas tradicionales de agricultura. También significa unir estos esfuerzos más allá de lo local trabajando a nivel nacional, regional e internacional.
En la formación de La Vía Campesina, las organizaciones campesinas se internacionalizaron con eficacia y tuvieron éxito haciéndose un sitio en la arena internacional. La Vía Campesina está llenando este lugar con las voces de los campesinos y campesinas, articulando las demandas de los campesinos y las alternativas de los campesinos, en un esfuerzo para resistir la imposición de un modelo de agricultura industrial. La solidaridad y unidad experimentada por La Vía Campesina puede que sea el regalo más preciado de todos: la esperanza. Esperanza de que otra agricultura es posible. En efecto, La Vía Campesina nos permite imaginar que el cambio es posible y que se ha creado una alternativa. Esto está claramente capturado en la consigna de La Vía Campesina “Globalizar la lucha – Globalizar la esperanza.”
Mirando a La Vía Campesina
Por François Houtart
Para una red de carácter global como es La Vía Campesina, es esencial plantearse el contexto político internacional, ya que éste constituye indudablemente una dimensión importante de la acción de la red. La Vía Campesina es un agente político, evidentemente no como partido, sino como organización que ejerce un papel en el ámbito de la toma de decisiones colectivas a escala internacional.
Esto se vio, por ejemplo, en las reuniones de la Organization Mundial del Comercio (OMC).
La dinámica política a escala internacional
Uno de los aspectos que caracterizan la política internacional contemporánea es el debilitamiento progresivo de la unipolaridad, es decir, la dominación de la Triada (Estados Unidos, Europa y Japón), que se debe al mismo tiempo a las crisis económicas internas y a la emergencia progresiva de otros países, así como a las nuevas iniciativas que ofrecen otras lógicas diferentes a la del sistema capitalista, como es el caso hoy de América Latina.
Evidentemente, este no es el fin de la hegemonía occidental, ya que la Triada acoge aún el 90% de las empresas multinacionales, que tienen un peso preponderante en las organizaciones financieras y comerciales mundiales, y siguen siendo el centro de las decisiones sobre precios, finanzas, deuda exterior de los países del Tercer Mundo y derecho internacional, y los Estados Unidos son aún el brazo armado del sistema, con más de 700 bases militares en todo el mundo.
Y, a pesar de todo ello, el sistema está en crisis. Burbujas financieras, la bajada del dólar, déficit catastrófico en las balanzas de pagos y en el presupuesto americano, crisis sucesivas de acumulación de capitales, que desde 1970 persigue una doble ofensiva contra el trabajo y contra el Estado (privatizaciones), con el objetivo de reconstruir sus capacidades de acumulación.
Este ha sido el resultado tras lo que se llamó el Consenso de Washington, o la era neoliberal de la economía mundial, una sobreexplotación de los recursos tanto humanos como naturales.
De hecho, todo, el conjunto de las relaciones entre los humanos, incluso la propia naturaleza, deben convertirse en mercancías hoy, lo cual es la única exigencia para que puedan contribuir a la acumulación de capital.
En ese contexto, algunos países a los que se llama emergentes y que se encuentran en continentes del Sur experimentan un crecimiento rápido, pero limitado a una minoría de su población, entre los que se excluye normalmente a los campesinos. Algunos de ellos, sobre todo en América Latina y en Asia, contribuyen activamente al comercio de la agricultura como fuente de divisas extranjeras, la mayor parte de las cuales se dedica al consumo del 20% de privilegiados. En el resto del mundo, o la pobreza y la miseria aumentan, o las condiciones económicas de las clases medias urbanas se ven cada vez más perjudicadas. Todo ello se sitúa sobre una crisis ecológica que se revela cada día más grave, en la que se combina el calentamiento por la acción de los gases de efecto invernadero y la destrucción de las capas de ozono superiores.
Las grandes políticas internacionales desde las líneas de geoestrategia por el control de los recursos naturales hasta las intervenciones financieras, consisten en reproducir un sistema de desigualdad que hace posible que una minoría tenga asegurado el consumo desmedido.
La agricultura en el contexto político internacional
Hoy la agricultura se ha convertido en una de las nuevas fronteras de la acumulación de capitales. El argumento, basado sobre un cálculo de rentabilidad económica, consiste en que para alimentar a cerca de 10.000 millones de personas dentro de un cuarto de siglo, es necesario aumentar la productividad de las tierras y por lo tanto, su rentabilidad. Sólo el capital está en condiciones de llevar a cabo esa tarea. De hecho, se trata de un modo de producción agrícola que se ha impuesto para que los que poseen el capital puedan adueñarse de ese inmenso yacimiento que es la actividad agrícola.
Sin embargo, esta actividad, mientras siga siendo una agricultura de campesinos y campesinas, sólo contribuye de una manera muy parcial a las ganancias del capitalismo. Por lo tanto, es necesario transformarla en una agricultura productivista capitalista. Esa es la visión del Banco Mundial. De ahí la concentración de capital financiero, de las políticas que implican auténticas reformas agrarias, el poder creciente de las grandes empresas de la agricultura, la dominación de las multinacionales y la elaboración de políticas nacionales e internacionales que llevan a cabo los Estados. La consecuencia de todo ello son los monocultivos, la destrucción de la biodiversidad y las migraciones masivas internas y externas de los/as campesinos/as empobrecidos/as, que acaban ocupando los suburbios o que huyen a países más ricos. Estos hechos afectan cada año a cerca de 50 millones de personas, además de los dramas y los problemas personales y sociales que todos conocemos.
Y esta realidad repercute indudablemente sobre el contexto político internacional. A corto plazo, ello permite que se emprendan y desarrollen políticas agrarias que son, sin embargo, cada vez más aleatorias. Ese es el caso concreto de los Estados Unidos y de la Unión Europea. Pero también se da en los países del Sur, que centran parte de su crecimiento en las exportaciones agrarias y abandonan a su suerte a sus poblaciones rurales. Ese es le modo en que definen su papel en el seno de las organizaciones internacionales competentes, y acaban por reforzar el modelo de exportaciones agrarias.
Y es en ese contexto en que se sitúan los agrocombustibles. Frente a la conciencia creciente sobre el problema del clima, que ha llegado a conocer George W. Bush, la necesidad absoluta de disminuir el efecto invernadero pasa a ser un objetivo de la política internacional, como han demostrado los acuerdos entre George W. Bush y Lula sobre etanol. No es cuestión de entrar en detalle aquí.
Basta con plantear que las condiciones en las que se realiza el desarrollo de los agrocombustibles son particularmente negativas.
Fundamentalmente, se trata de la destrucción de los bosques y la biodiversidad para extender los monocultivos de caña de azúcar, soja, maíz, girasol, palma oleaginosa (africana), y también la expulsión, a menudo violenta, de los campesinos y las comunidades rurales (normalmente indígenas). La concentración de poder económico en las manos del capitalismo agrario local y, sobre todo, de las empresas multinacionales de la industria agraria, de los carburantes y de la producción de automóviles, es una de las pruebas evidentes. A esto hay que añadir un aumento reciente del precio de los productos agrícolas, relacionado, al menos en parte, con la producción actual y futura de los agrocombustibles. Todos esos elementos limitan, si no anulan, los efectos positivos sobre el clima que tanto se esperan.
En resumen, las políticas nacionales e internacionales en este campo se ajustan bien a la lógica de la acumulación a corto y a largo plazo, mucho más que a la dinámica de una solución a largo plazo que exigiría una transformación radical de la lógica en sí y del modelo de desarrollo.
La función de La Vía Campesina
Las opciones políticas de La Vía Campesina han sido claras en esos campos y deben ser observadas en profundidad en ciertos puntos.
En primer lugar, es necesario analizar la cuestión agraria en el contexto global, es decir, en su relación con las grandes políticas que tienden a reproducir o a acceder al modelo de desarrollo dominante, el de un consumo creciente, pero que destruye a los seres humanos y su el medio ambiente. La primera tarea debe ser una reacción contra el papel que queremos que desempeñe la agricultura en este escenario, pero eso exige que todos los movimientos campesinos del mundo sean conscientes del reto y puedan analizar su situación particular y la acción bajo esta perspectiva. Las grandes líneas de geopolítica contemporánea, incluidas las amenazas o las declaraciones de guerra, la organización y la reorganización de los organismos internacionales, incluida la ONU, las políticas comunes en muchos aspectos, entre ellos la cuestión agraria, todo ello debe entrar dentro de las perspectivas de los movimientos campesinos, porque estos son a la vez víctimas y agentes, a veces, inconscientes.
Esto exige, hoy más que en el pasado, la presencia y la acción visible en los órganos internacionales, OMC, Unión Europea, etc. para oponerse y, si es posible, obstaculizar ciertas políticas y dar a conocer las alternativas que puede aportar la agricultura campesina, tanto para el respeto y la rehabilitación de la naturaleza, como para la producción de alimentos y por el bienestar de los campesinos.
Algunos objetivos concretos podrán elegirse en función de su urgencia y de su visibilidad, ya que estos afectan de igual modo, más allá del mundo de los campesinos, el bienestar de la humanidad. Estos objetivos serían la defensa del agua, créditos para los pequeños agricultores (hombres y mujeres), la oposición a las privatizaciones y a la destrucción de los bosques, la defensa de las semillas, la soberanía alimentaria, los límites de los agrocombustibles. Todos esos temas ya han sido estudiados. No se trata de establecer jerarquías entre ellos, porque son todos prioritarios, sino de hacer de ellos objetivos que lleven a la movilización, en un momento determinado, al mayor número de fuerzas sociales, superando incluso el límite de la agricultura.
La participación en las nuevas iniciativas políticas que impliquen avanzar hacia un mundo postcapitalista es también muy importante, para mostrar que las alternativas existen. Ese es el caso de todas las formas de agricultura social, cooperativa, biológica y de métodos renovados. Pero también es el caso de las nuevas organizaciones políticas, como ALBA (Alianza Latinoamericana Bolivariana de las Américas) o el Banco del Sur, que prevén la participación de los movimientos sociales de forma orgánica. La Vía Campesina tiene mucho que aportar por la experiencia de los/as campesinos/as y por el compromiso de la red.
En particular, en lo que respecta a los agrocombustibles, las condiciones de una producción que respete la biodiversidad basada en una agricultura del campesino, dirigida en primer lugar a las necesidades locales de energía, y que esté liberada de la imposición de la lógica económica de las multinacionales para la Documentos políticos de 54 La Vía Campesina producción y la comercialización de los productos y la atención a la seguridad alimentaria; todos estos son elementos que pueden ser objeto de propuestas concretas y experiencias.
En conclusión, podemos decir que el contexto político internacional afecta directamente a los objetivos de una red como La Vía Campesina. Partiendo del mundo de los campesinos, pueden abordarse los problemas contemporáneos en su conjunto.
Las tensiones políticas, los conflictos y las estrategias geopolíticas siempre guardan una relación con la cuestión agraria.
Evaluación del trabajo de La Vía Campesina desde 2004
El tiempo ha pasado tan rápido que parece que fue ayer cuando tuvo lugar la IV Conferencia Internacional en Sao Paolo, Brasil. Nos sentimos de esta manera tal vez debido a que La Vía Campesina como movimiento internacional con miembros y miembras en 56 países, trabaja de manera muy activa. Una mañana se despierta con una lucha campesina en alguna aldea en Asia, en la tarde ocurren acciones en Europa o África y aún en la noche, otra lucha se presenta en Latinoamérica.
De aldea a aldea, de ciudad a ciudad, la lucha de La Vía Campesina se esta llevando a cabo, incluyendo acciones en el ámbito internacional. El movimiento está vivo en todas partes y está trabajando en cada lugar donde el neoliberalismo ha sido impuesto al campesinado.
Es así como desde hace más de 3 años desde la IV Conferencia Internacional, La Vía Campesina ha tenido un gran progreso y ha ganado muchas batallas. Aún así, nos damos cuenta de que los desafíos siguen en pie y no han terminado.
Desde la IV Conferencia Internacional donde acordamos las prioridades, estrategias y se marcó la pauta de lucha, La Vía Campesina ha progresado bastante y ha logrado varias victorias. La lucha de La Vía Campesina ha podido inspirar, estimular y generar la resistencia de los movimientos sociales y también de algunos gobiernos contra las políticas neoliberales. En muchos países de América Latina gobiernos progresistas están tomando el poder como resultado de muchos años de movilización y del auge en las conciencias de los efectos desastrosos de estas políticas. Al igual, como resultado de las movilizaciones populares los gobiernos en África y Asia han incrementado su resistencia.
La Vía Campesina ha sido muy activa en la lucha desarrollada contra la OMC y los Tratados de Libre Comercio. Contamos con una movilización exitosa en Hong Kong en diciembre del 2005 y en Ginebra en repetidas ocasiones.
La actual suspensión de las negociaciones de la OMC es el fruto de lo que han sido nuestras luchas durante años.
En nuestra lucha en contra de los Tratados de Libre Comercio (TLC) obtuvimos varias victorias, como la derrota del Tratado de Libre Comercio en las Américas.
Ahora estamos edificando aún más nuestra lucha en contra de los TLC. Durante el seminario de estrategia en Francia el pasado enero de 2008, definimos nuestra estrategia internacional. ¡Nuestra lucha en contra de los TLC será una continuación de nuestra lucha en contra de la OMC! ¡Unidos pararemos los TLC!
La lucha en pro de la tierra se retoma
En marzo del 2006 tuvo lugar la Conferencia Internacional de la FAO sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (ICARRD), donde la presencia de La Vía Campesina pudo afectar e influenciar tanto el proceso como la declaración. Es significativo que el Banco Mundial no desempeñó ningún rol dentro del debate y no pudo cubrir este papel bajo su control político como estaba acostumbrado a hacerlo en ocasiones anteriores. Por primera vez, la FAO reconoció la Soberanía Alimentaria dentro de su declaración. Nuestra lucha contra el programa del Banco Mundial para la reforma de tierras asistida por el mercado ha aumentado y ha hecho que más movimientos sociales y gobiernos se informen sobre los impactos negativos de este programa. Mientras tanto, diversas acciones directas de miembros/as de La Vía Campesina, como la ocupación de tierras, siguen teniendo lugar, como es el caso en América Latina o en Asia. ¡El tema de la tierra se retoma completamente de nuevo!
¡Algunas victorias en el frente por las semillas!
Otra lucha que se está llevando a cabo es en contra de los OMG y la tecnología terminator. Hemos ganado una batalla en Curitiba (marzo de 2007) donde se ha mantenido la prohibición sobre la tecnología terminal, a pesar de la enorme presión ejercida por la industria. En Europa, Asia y África la resistencia contra los OMG sigue viva y limita severamente las posibilidades de expansión que pudieran tener. Recientemente nuestros miembros en la India hicieron acciones importantes para destruir campos con estos organismos genéticamente modificados.
En Francia la introducción del maíz de Monsanto se paró. Si logramos sacar el mismo maíz de España, Europa quedará libre de cultivos OGM. También en África sigue creciendo la resistencia de los gobiernos. Estos son resultados concretos de nuestra lucha. En Brasil, un territorio de Syngenta fue ocupado. Como resultado, las transnacionales trataron de incrementar la represión. Un militante del MST fue asesinado por pistoleros contratados por Syngenta- Brasil.
Construyendo la Soberanía Alimentaria
Hemos estado presionando por una agenda donde prime la Soberanía Alimentaria. Este principio ya forma parte de las discusiones principales sobre políticas agrícolas y de alimentos.
Con el Foro Nyeleni en Malí incrementaremos nuestro compromiso con otros movimientos sociales y fortaleceremos nuestra lucha por la Soberanía Alimentaria. En algunos países se han empezado procesos constitucionales para integrar la Soberanía Alimentaria en la constitución. Seguimos trabajando con la carta de los derechos campesinos esperando que nuestros derechos como campesinos, hombres y mujeres, sean reconocidos como derechos básicos del ser humano
La emigración es una preocupación importante en La Vía Campesina
La Vía Campesina ha colaborado activamente con organizaciones de emigrantes durante las movilizaciones en Hong Kong. En Norte América iniciativas importantes se están tomando por trabajadores agrícolas fronterizos. El año pasado el Comité de Trabajo sobre Emigración de La Vía Campesina se reunió y desarrolló varias iniciativas concretas.
Fortaleciendo el Proceso de las Mujeres
Las mujeres dentro de La Vía Campesina han organizado una importante Conferencia sobre los derechos de las mujeres en Galicia (España) y tomaron el liderazgo en algunas acciones de mayor importancia como la acción en contra de la plantación de eucalipto en Aracruz, Brasil. Las mujeres dentro de La Vía Campesina han consolidado sus procesos regionales en varias regiones. Esos fueron pasos importantes dentro del camino hacia la participación plena de las mujeres dentro de nuestras organizaciones.
La juventud incrementa sus actividades
En muchas regiones (Centro América, Europa, África, El Sur-Este de Asia, etc.) se han llevado acabo reuniones. Ahora, la juventud de La Vía Campesina está preparando activamente su segunda Asamblea Internacional, que tendrá lugar antes de la V Conferencia.
Solidaridad durante los Desastres Naturales
Cuando la tragedia del tsunami en el Océano Índico destruyó grandes partes de la costa de Indonesia, de India, Sri Lanka y Tailandia a finales del 2004, La Vía Campesina estuvo ahí para brindar alivio a las víctimas dentro de un verdadero gesto de solidaridad. Durante los huracanes en el Caribe, Centro América y los Estados Unidos nosotros dimos nuestra solidaridad y apoyo.
El Calentamiento Global y los agrocombustibles
En el 2007 empezamos a luchar en los nuevos frentes del calentamiento global y los agrocombustibles. La manera en que los pequeños agricultores y pequeñas agricultoras producen con recursos locales ayudará a bajar las temperaturas del planeta y serán la clave para resolver esta crisis climática. El campamento de solidaridad que organizamos en Bali fue el momento para lanzar nuestra posición y nuestro compromiso de ser parte de una solución justa a este gran problema. Tendremos que luchar en contra de los agrocombustibles y las soluciones impuestas por las transnacionales que miran esta situación como una oportunidad para destruir al campesinado e incrementar sus ganancias.
Respecto al fortalecimiento del funcionamiento interno, se han logrado importantes avances desde la IV Conferencia.
Hemos trabajado de manera activa para dar el poder a las regiones, donde contamos con más reuniones de manera regular y donde el personal apoya para facilitar el trabajo regional y la participación dentro de las actividades internacionales.
Varias comisiones internacionales de trabajo han aumentado su nivel de actividad.
El Comité de Coordinación Internacional y la Secretaría Operativa Internacional han multiplicado su capacidad con el aumento en el nivel de actividades internacionales.
En general se ve la necesidad de contar con más hombros para llevar la responsabilidad; necesitamos más hombres y mujeres líderes para tomar la responsabilidad dentro de nuestro movimiento. Hemos empezado el trabajo de formar personal y liderazgos y estamos desarrollando una metodología para entrenamientos.
Dentro del proceso positivo de transformación de La Vía Campesina en un movimiento más amplio, más activo y más descentralizado, tenemos que asegurar el fortalecimiento de los procesos de consulta dentro de las organizaciones nacionales y en las regiones, así como la participación de los y las líderes en los procesos regionales e internacionales.
Desafíos para los próximos años Debemos continuar la presión e introducir el principio de la Soberanía Alimentaria en nuevos espacios, clarificándolo y fortaleciéndolo. El Foro de Nyeleni fue clave dentro de este proceso.
Los resultados nos permitirán seguir adelante con una agenda de trabajo ampliamente apoyada por movimientos importantes.
También nos dará la oportunidad de continuar el crecimiento de las alianzas.
Como movimiento, debemos tomarnos más tiempo y hacer más esfuerzos para entender las estrategias y los objetivos de movimientos provenientes de otros sectores y ver de qué manera podemos fortalecernos unos a otros dentro de nuestras luchas.
Debemos incrementar nuestra capacidad para analizar el contexto político internacional y poder definir oportunidades para un cambio positivo.
¿Cuál es para nosotros la importancia de la FAO o de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU?
¿Cómo nos podemos relacionar de una mejor manera con gobiernos progresistas que simpatizan con nuestro plan de trabajo?
Sí, aún debemos continuar e intensificar nuestras movilizaciones y nuestras acciones contra los Tratados de Libre Comercio y contra los Acuerdos de Asociación Económica, EPA, y si es necesario de nuevo contra la OMC. La lucha contra los TLC-EPA es más compleja porque se han negociado muchos tipos de acuerdos. Por otro lado, los efectos negativos son más claros y más directos para las personas implicadas.
Los OMG, la tecnología terminator, las privatizaciones y las liberalizaciones son todavía vistas como piezas claves por las Transnacionales para el control del sector agrícola y para la eliminación de la agricultura campesina. Tenemos que continuar esta lucha y desarrollar a su vez una estrategia más coherente y a largo plazo sobre las corporaciones multinacionales. ¿Queremos desmantelarlas? ¿Cuál es nuestra propuesta alternativa para estas industrias? Sobre este punto necesitamos de igual manera un debate con los sindicatos.
La Vía Campesina debe continuar ejerciendo presión sobre el aspecto de la Reforma Agraria y encontrar vías más efectivas para apoyar y fortalecer las luchas locales por la tierra, el territorio y el acceso a los recursos naturales.
La Carta por los Derechos Campesinos puede volverse un importante referente legal en el ámbito internacional y darnos apoyo extra para nuestras propuestas. Necesitamos intensificar y socializar el debate sobre esta carta dentro de nuestras organizaciones y hacer de ella nuestra herramienta conjunta en la defensa de los derechos campesinos.
Retos del funcionamiento interno de La Vía Campesina
La Vía Campesina se encuentra en un proceso de transformación y de crecimiento. Es crucial que mantengamos nuestra flexibilidad como movimiento y que fomentemos más mecanismos horizontales para la integración de personas y poder aumentar nuestra capacidad en la organización de acciones y en la movilización.
Necesitamos construir más liderazgos y mejorar nuestras maneras de entrenar personal asalariado y voluntarios/as de modo que se integren más activamente dentro del movimiento, evitando que los “mecanismos de tipo ONG” empiecen a definir nuestro funcionamiento.
Necesitamos profundizar y ampliar nuestra capacidad de análisis:
esta será una pre-condición para la acción efectiva.
Debemos finalmente reforzar la integración de las mujeres y de los jóvenes dentro del movimiento. Ellos y ellas serán cruciales dentro de este proceso de transformación de La Vía Campesina hacia un movimiento más fuerte y efectivo
¿Qué significa todo esto en la práctica?
- Debemos mirar la capacitación y la formación como las herramientas CLAVES para desarrollar y fortalecer nuestro movimiento. Esto comienza a nivel local nacional y se complementa con los esfuerzos a nivel regional e internacional.
- Debemos continuar fortaleciendo nuestra capacidad regional (personal y liderazgos) para que puedan ser autónomos. Queremos descentralizar la organización de acciones y mejorar en el ámbito regional e internacional la coordinación necesaria y los apoyos complementarios.
- Debemos mirar las Comisiones Internacionales de Trabajo como espacios claves para la formación de nuevos y nuevas líderes sobre asuntos claves, para la acumulación de conocimiento y para el desarrollo de iniciativas. Debemos buscar maneras de mejorar la comunicación y el intercambio de información entre los miembros de cada comisión.
- Debemos definir más claramente qué tipo de apoyo y de iniciativas esperamos de nuestras campañas internacionales. ¿Cuál es la mejor manera de apoyar nuestras actividades en el ámbito local?
- Debemos socializar nuestros principios para las acciones para así profundizar nuestra comprensión mutua de la acción efectiva y de la movilización.