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El calentamiento global podría traer tsunamis y terremotos
Los cambios geológicos relacionados con el clima también pueden provocar "erupciones de metano", la liberación de un potente gas de efecto invernadero, actualmente guardado en forma sólida bajo el lecho marino y capas de permafrost que se están derritiendo, en cantidades mayores a todo el dióxido de carbono (CO2) del aire de la actualidad.
"El cambio climático no sólo afecta a la atmósfera y a los océanos, sino también a la corteza terrestre. Toda la Tierra es un sistema interactivo", dijo a Reuters el profesor Bill McGuire de la University College London, en el primer gran encuentro de científicos que investigan los efectos del cambio climático en riesgos geológicos.
"En la comunidad política la gente está casi completamente desinformada de cualquier aspecto geológico del cambio climático", explicó.
Los vulcanólogos, sismólogos, glaciólogos, climatólogos y expertos en deslizamientos de tierra revisaron el pasado para tratar de predecir los cambios futuros, sobre todo relacionados con el calentamiento climático a finales de la última era de glaciación, hace unos 12.000 años.
"Cuando se pierde el hielo, la corteza terrestre rebota de nuevo y eso provoca terremotos, que desatan deslizamientos de tierra submarina, que causan tsunamis", afirmó McGuire, quien organizó la conferencia de tres días.
David Pyle, de la Universidad de Oxford, dijo que pequeños cambios en la masa de la superficie de la Tierra parecen afectar a la actividad volcánica en general, no sólo en lugares donde el hielo se retiró después de la ola de fríoLos patrones climáticos también parecen afectar a la actividad volcánica, no sólo al revés, dijo en la conferencia.
Los volcanes pueden expulsar grandes cantidades de cenizas, sulfuro, dióxido de carbono y agua a la alta atmósfera, reflejando luz solar y a veces enfriando la Tierra por un par de años.
Pero muchas erupciones muy seguidas pueden tener el efecto contrario y acelerar el cambio climático, dijo el vulcanólogo Peter Ward.
"Antes del hombre, los cambios climáticos más abruptos fueron iniciados por los volcanes, pero ahora el hombre es el responsable. Entendiendo por qué y cómo lo hicieron los volcanes ayudará al hombre a descifrar qué hacer", señaló.
Los oradores fueron cautos a la hora de señalar que muchos descubrimientos siguen siendo sólo hipótesis, pero agregaron que las evidencias parecían apuntar a que el planeta podía sufrir una conmoción a gran escala.
Terremotos Glaciares
Como consecuencia de la fundición de las zonas polares por el aumento de la temperatura media del planeta, el peso que soporta la corteza terrestre en esa zona varia provocando la aparición de los terremotos glaciares. La corteza terrestre se encuentra en movimiento (tectónica de placas) haciendo que continuamente se generan y anulen grandes fuerzas en su interior. En las zonas donde se encuentran grandes masas heladas, las fuerzas internas se han equilibrado por la presión de estas aglomeraciones. Como consecuencia del deshielo, se produce una disminución en la presión que soporta el suelo por lo que las fuerzas tienden a conseguir un nuevo equilibrio, provocando con ello la aparición de los terremotos glaciares.
En Groenlandia, el ritmo de deshielo se ve acelerado como consecuencia de la lubricación que supone el agua dulce derretida, que hace que los bloques helados se desprendan de la masa helada continental y caigan al mar, aproximadamente 240 kilómetros cúbicos de hielo anuales. Si toda la cubierta glaciar de Groenlandia se fundiera, comprende el 8% de las reservas mundiales de agua dulce, entonces el nivel del mar aumentaría 7 metros.
En la Antártida, la temperatura media también está aumentando, después de unos años de enfriamiento, como consecuencia de la recuperación gradual de la capa de ozono, y con ello, la vuelta a las corrientes de aire anulares (jet streams) habituales. Si se derritiese el hielo de la Antártida (91% del total mundial) el nivel de los océanos se elevaría más de 60 metros.
Calentamiento de la Antártida…
Terremotos a Nivel Mundial
El análisis de más de 386.000 terremotos registrados en la “US Geological Survey” entre los años demuestra que la energía de estos terremotos ha aumentado cinco veces a partir de 1990. Esto es debido a que la Tierra absorbe más energía del Sol (0’85 megavatios por kilómetro cuadrado), al no ser radiada de nuevo al espacio. Este desequilibrio térmico implica que el calor generado en el interior del planeta no pueda escapar y con ello se sobrecaliente.
A su vez, el ritmo de deshielo de las masas heladas en todo el planeta, incluidos los glaciares y las masas polares, está aumentando de una forma alarmante. Este ritmo seguirá aumentando como consecuencia de la contribución de la aletargada Antártida. Los científicos predicen que hasta un cuarto de los glaciares podrían desaparecer en el año 2050.
El deshielo de las grandes masas de hielo situada en los polos provocará una redistribución de la masa sobre la tierra, variando, con ello, la velocidad de rotación de la Tierra, de una forma más brusca que la actual, y su eje de rotación. El deshielo también ocasiona un aumento en la cantidad de agua líquida dulce en los mares y océanos, modificando la salinidad del agua y su temperatura, por la diferencia de densidad. Esto motiva que las corrientes marinas varíen sus habituales posiciones. A su vez, la influencia de la Luna y el Sol, por su atracción gravitatoria, desplaza también grandes volúmenes de agua en la pleamar o marea alta.
La acumulación de estos factores provocará variaciones de los volúmenes de agua en los mares haciendo que las presiones ejercidas sobre los fondos marinos varíen con respecto a lo habitual. Unido al sobrecalentamiento interior, producirá la ruptura del equilibrio de fuerzas internas de la corteza terrestre. Según ciertas teorías, este desequilibrio de fuerzas provocará la aparición de terremotos en las zonas más sensibles a estos reajustes, las fallas…